Oir la voz de Dios

Desde los inicios de la historia, el ser humano ha demostrado su capacidad para ignorar la voz de Dios, cuestionar sus principios y poner en duda los motivos divinos. En nuestro tiempo, el enemigo sigue sacando partida de ese espíritu rebelde que nos ha caracterizado durante miles de años. Sin embargo, los creyentes debemos identificar con claridad la voz de Dios y no dejarnos confundir y terminar siendo engañados por el enemigo.

Hoy, cuando un mar de voces pretenden llenarnos de confusión y dudas, la iglesia debe estudiar asiduamente las Escrituras a fin de poder obedecer con fidelidad los mandamientos divinos.